El matadero, (1840), cuento de Esteban Echeverría es considerado el primer texto narrativo argentino de gran valor. Éste muestra elementos, hechos y sucesos que en un periodo de nuestra historia sucedieron y que están plasmados desde un punto de vista muy particular debido que el autor era poseedor de una ideología económica, política y social diferente a los proyectos de Juan Manuel de Rosas (presidente de turno en ese momento).
En este texto se puede observar claramente las oposiciones políticas de la época entre unitarios y federales. Ésta dicotomía como todos la conocemos es totalmente diferente y opuesta, del mismo modo está representada por Echeverría. Solo que presenta a los unitarios como las personas excluidas de la sociedad, los perseguidos, incomprendidos, (“Perro unitario”, “Todos estos cajetillas unitarios son pintores como el diablo”) avasallados por los federales, a quienes plantea como personas sin escrúpulos , violentos y seguidores del restaurador como apóstoles (“El juez del matadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que ejerce la suma del poder en aquella pequeña república, por delegación del restaurador”, “¡siempre en pandilla cayendo como buitres sobre la victima inerte!”, “los federales habían dado fin a una de sus innumerables proezas”, “En aquel tiempo los carniceros degolladores del matadero eran apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación Rosina.”).Por lo tanto podemos decir que esta obra literaria de corta extensión es de connotación realista, pero es ficción de esa realidad.
En este texto se puede observar claramente las oposiciones políticas de la época entre unitarios y federales. Ésta dicotomía como todos la conocemos es totalmente diferente y opuesta, del mismo modo está representada por Echeverría. Solo que presenta a los unitarios como las personas excluidas de la sociedad, los perseguidos, incomprendidos, (“Perro unitario”, “Todos estos cajetillas unitarios son pintores como el diablo”) avasallados por los federales, a quienes plantea como personas sin escrúpulos , violentos y seguidores del restaurador como apóstoles (“El juez del matadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que ejerce la suma del poder en aquella pequeña república, por delegación del restaurador”, “¡siempre en pandilla cayendo como buitres sobre la victima inerte!”, “los federales habían dado fin a una de sus innumerables proezas”, “En aquel tiempo los carniceros degolladores del matadero eran apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación Rosina.”).Por lo tanto podemos decir que esta obra literaria de corta extensión es de connotación realista, pero es ficción de esa realidad.
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